top of page

RECORDANDO A NUESTROS NATURALISTAS

 

 

Dr. Carlos Alberto Torres de la Llosa

(1886 – 1960)

          Considerando que es interesante para las nuevas generaciones conocer la trayectoria de los naturalistas uruguayos que marcaron un hito en la historia natural de nuestro país, hacemos este recordatorio a un médico que dedicó toda su vida a observar y estudiar, no sólo el cuerpo humano, sino también los otros seres que lo rodean, y que forman parte de ese mágico ciclo vital que continuamente da señales de fragilidad.

            El Dr. Torres de la Llosa nació en el Departamento de Durazno en el año 1886, y se graduó de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina de Montevideo en 1915. Fue Director del Zoológico Municipal de Montevideo desde el año 1920 al 1934; así como tuvo a su cargo la Dirección del Museo de Historia Natural desde el año 1920 hasta su fallecimiento en 1959. 

            El 14 de setiembre de 1960 el Consejo Nacional de Educación Secundaria resolvió designar en su memoria, a este Museo con su nombre. En 1920 fue nombrado por Concurso Catedrático de Historia Natural en el "Gabinete de Historia Natural" de la sección de Enseñanza Secundaria de la Universidad de la República; dado que el Instituto de Preparatorios Alfredo Vázquez Acevedo, y el Museo (llamado en aquella época Gabinete), fueron dependencias de la Universidad de la República desde el año 1911 al 1924.  El Dr. Torres de la Llosa se caracterizó por ser un gran docente, educador y naturalista, interesándose especialmente por la  observación y protección de las aves. Realizaba muchas salidas de campo con docentes y estudiantes a distintos departamentos de nuestros país, con la finalidad de estudiar su hábitat, flora y fauna; habiendo elaborado varios censos zoológicos en diversas zonas de nuestro territorio. 

            Estos relevamientos le permitieron en 1925 registrar por primera vez en el Uruguay, tres especies de aves: el "Burrito plomizo" - Porzana spiloptera - en la barra del Arroyo Pando (Canelones), el “Burrito de patas verdes" -Laterallus melanophaius - en Bañados de Carrasco (Montevideo), y de un ejemplar macho de "Águila negra" - Buteogallus urubitinga - en el departamento de Rocha. Colectó varios ejemplares de estas dos primeras especies y los mantuvo vivos en el Zoológico de Montevideo. Actualmente dos " Burritos de patas verdes " de aquella serie, están en la colección del Museo Nacional de Historia Natural con los N° 152 y 153. Estos registros están documentados por el Dr. Roberto Dabbene en la Revista Argentina “El Hornero " (1926 Vol. III, N°4), y por el propio Dr. Carlos Torres de la Llosa en la Revista del “Jardín Zoológico Municipal de Montevideo" (1926, Tomo I, N°1).

    El Prof. Luis Barattini y Juan Tremoleras fueron los naturalistas con los cuales se relacionó para taxidermizar la mayor parte de las piezas que hoy se exhiben en el Museo.

También realizó excursiones de investigación y estudio en diversos países de Sudamérica, visitando museos y estudiando la naturaleza en su seno. Es así como conoció los Andes, las costas del Pacífico al Sur de Chile, el alto Paraná, Paraguay y Brasil, con un fructífero rendimiento científico. 

 

  Fue un ilustre educador, admirado, respetado y recordado por sus alumnos; sembrador de vocaciones para muchas generaciones de bachilleres y estudiantes liceales, que estudiaron en sus libros de “BOTÁNICA”, “ZOOLOGÍA”, “ZOOGRAFÍA”, y “ANATOMÍA y FISIOLOGÍA HUMANA”; algunos de los cuales fueron editados en quince ocasiones. Como docente e Inspector (1951)siempre se preocupó por la metodología de las Ciencias Naturales, dándole fundamental importancia a las clases prácticas en los cursos; de ahí su preocupación por enriquecer al Museo con infinidad de especies naturalizadas que constituyen hoy un patrimonio natural muy significativo para la observación y estudio de actuales y futuras generaciones. 

 

 Convocado por la Asociación de Profesores dictó en varias oportunidades cursos sobre “La Enseñanza de las Ciencias Naturales”. Formó parte de numerosos Tribunales de Concurso para docentes de Secundaria e integró Comisiones para el estudio de las Reformas Programáticas en las décadas del treinta y cuarenta; participando en las Asambleas de Profesores de Biología y teniendo en cuenta las opiniones y sugerencias de los docentes de todo el país.

            En 1948 fue nombrado Presidente del “Comité de Educación” que se encargaría de elegir al Delegado de Profesores al “Consejo Nacional de Enseñanza Secundaria.” Figuras muy significativas en el ámbito de la enseñanza de las Ciencias Naturales como los Profesores: Victoriano Vacarezza, Shaudin Prunell, Gabriel Gerard, Alberto Detomassi, Luis Barattini, José Luis Pagano, Enrique Florit y tantos otros; comenzaron siendo Profesores Agregados o Ayudantes de Clases Prácticas al lado del Prof. Carlos Torres de la Llosa, para luego convertirse en excelentes docentes que dejaron su impronta en muchas generaciones de estudiantes.

El Dr. Carlos Alberto Torres de la Llosa en el Anfiteatro del Museo, impartiendo una clase sobre Aves del Uruguay, a sus alumnos del I.A.V.A. (Extraído de “Memoria de Enseñanza Secundaria” – Marzo 1936 – Marzo 1938). En 1942, luego de 22 años bajo su dirección, este museo fue considerado el mejor de Latinoamérica en la categoría de Museo Educativo para liceales y público en general.

 

Exigente pero muy dedicado a su labor docente, muchos de sus ex – alumnos, como el Dr. Raúl Vaz Ferreira y el Licenciado Eduardo F. Acosta y Lara, le enviaban los resultados de sus investigaciones en las “Comunicaciones Zoológicas del Museo Nacional de Historia Natural”, dedicándoselas con elogiosas palabras para su persona. 

 

            Su vocación por la docencia lo manifiesta emotivamente al finalizar su prólogo a la octava edición de su libro “Zoología”: “Si el amor que pusimos en la enseñanza encendió la vocación de los profesores que ayer fueron nuestros brillantes discípulos, habremos logrado la más grande de nuestras alegrías.”

            Publicó además: “CONTRIBUCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LA FAUNA INDÍGENA”, “CONTRIBUCIÓN AL CONOCIMIENTO DE LOS OFIDIOS VENENOSOS DEL URUGUAY”, “PARQUES NATURALES”, “PROTECCIÓN DE LA FAUNA INDÍGENA,” “EL CHURRINCHE” y “REVISTA DEL JARDÍN ZOOLÓGICO MUNICIPAL de Montevideo”. 

            En esta Revista realiza un Catálogo Sistemático de las especies existentes al 31 de diciembre de 1925, en el Zoológico Municipal de Montevideo, ubicado en el predio denominado “Villa Dolores”, en memoria de quien en vida fuera su propietaria. Efectivamente allí residía el matrimonio de Dolores Pereira con Alejo Rossell y Rius, quienes poseían una importante colección de animales, la que era visitada por el público los jueves y domingos. Luego de su fallecimiento legaron la Villa al Municipio de Montevideo que la destinó al Zoológico Municipal el 14 de marzo de 1919. A partir de ese momento se hicieron grandes reformas, se construyeron pabellones, corrales, aviarios, el serpentario, y se abrió un lago para fauna indígena. Se plantaron más de mil árboles nativos, teniendo en cuenta la naturaleza del suelo y los fines perseguidos.

             El Dr. Carlos Torres de la Llosa fue el creador y propulsor de muchas de estas obras, preocupándose siempre por dar a conocer no sólo las especies exóticas, sino también las autóctonas. Se relacionó con muchos Museos y Zoológicos del exterior y con el Museo  Nacional de Historia Natural, con los cuales mantuvo un intercambio científico muy prolífico.

            Fue Presidente de la Comisión Nacional del Instituto de Pesca, Presidente de la Comisión Nacional de Protectores de la Fauna Indígena, y Presidente del Comité Internacional de las Aves; manifestándose como un luchador incansable en la preservación de las especies, denunciando en forma permanente la caza indiscriminada que se practicaba en aquella época, y que lamentablemente persiste hasta nuestros días. 

            Supo transmitir su vocación docente y su amor por la naturaleza, no sólo a sus discípulos, sino también a sus hijos; tanto es así que su hijo Luis A. Torres de la Llosa, lo sucedió en 1972 como Director Honorario del Museo de Historia Natural hasta su muerte en 1995; habiendo sido además durante décadas, un destacado Profesor de Zoología y Didáctica en el I.P.A.          

 

           Por el ser humano que fue, amante de los animales y de la naturaleza; por su reconocida capacidad como científico y educador, y por todo lo que hizo por su Museo, es de estricta justicia que éste lleve su nombre. 

            Nosotros nos sentimos orgullosos de que así sea, y continuaremos trabajando por el Museo de Historia Natural, como el mejor homenaje a su memoria.

 

Prof. Lucía Todone

bottom of page